El Cuaternario

 

Hay cuatro procesos psico-dinámicos en la mente humana, mismos que pueden identificarse en la naturaleza misma como los 4 sólidos platónico: fuego, aire, agua y tierra. Tienen un orden ulterior al procesar la información que viene del exterior que sigue un nivel ascendente en términos de condensación.

Siendo el fuego el elemento de la naturaleza más cercano al éter que representaría nuestro estado etéreo, es éste el elemento que inicia el procesamiento de la luz que termina convirtiéndose en la realidad de cada consciencia, pues el campo electromagnético que es nuestra porción de luz como individuos, es quien puede receptar la vibración en términos de una primera impresión que no ha sido evaluada de ninguna forma sino que es solamente un primer impacto como cuando puedes sentir la tensión en el ambiente hostil o cuando puedes percibir una atmósfera de paz en un lugar espiritual sagrado. En este estado no existe un juicio de valor sobre de lo que se está experimentando, es la forma más prístina en la que se puede receptar la información de la realidad.

Después de haberse generado éste primer impacto del fuego, viene el proceso de validación cuando esta sensación llamada intuición es puesta bajo evaluación y se puede entonces ponerle una explicación con ideas estructuradas que se reflejan en palabras llenas de sentido. Estamos hablando del proceso del pensamiento donde la información ahora adquiere capacidad de articularse y modificarse, es a partir de la palabra escrita o hablada cuando se puede decretar y así traer un paso más a la realidad lo que se quiere manifestar.

Cuando uno logra entretener pensamientos de forma concentrada y atenta, la energía pasa a formar parte del siguiente dinamismo psíquico, el acuático, el cuadrante de nuestras emociones; nosotros somos dos terceras partes agua sino es que más y todo lo que llegamos a contemplar en nuestros pensamientos hará que químicamente generemos los químicos necesarios que se fusionarán con nuestros fluidos en nuestro torrente sanguíneo al punto en que podamos experimentar sensitivamente la significación de esas ideas, nos entusiasmará, llenará de coraje, de motivación o lo que fuese el caso.

De esa emotividad producida por la contemplación de los pensamientos elaborados después de la observación de cierto punto, éstas ganas nos darán la potencia para realizar todo lo que esté en nuestro alcance para convertir a nuestra realidad en lo más parecido a lo que estés observando, es decir, tus emociones activan tus acciones y ahora la energía ha llegado al cuarto y último dinamismo psíquico, el cuerpo, la tierra, la realidad más condensada que existe.

Larga historia hecha corta: solo obtendrás lo que observes así que mejor ponte a observar lo que más deseas tener pues lo que observes lo pensarás, lo que pienses lo sentirás y lo que sientas lo accionarás.